Navego en el cristal de la madrugada,
En la dureza del frío reflejado,
Donde la voz ensordece, laminada,
Bajo el peso de la noche y el gemido.
Abre el cristal en la nube desmayada,
Huye la sombra, el silencio y el sentido
De la nocturna memoria sofocada
Por el murmullo del día amanecido.
José Saramago.
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