Todavía ahora es la mañana, y ya los vientos
sosiegan en el cielo. Poco a poco,
La niebla antigua y densa se levanta.
Rubicundo, el sol abre un camino
En la plata nublada de estas aguas.
Es la mañana, amor mío, la noche huye,
Y en la miel de tus ojos oscurece
Y lo amargo de las sombras y de las penas.
José Saramago.
No hay comentarios:
Publicar un comentario