domingo, 11 de enero de 2015

EN VIOLÍN, FADO

Pongo las manos en tu cuerpo musical
Donde aguardan adormecidos sones.
En silencio comienzo, que presiente
La brusca irrupción del tono real.
Y cuando el alma ascendiendo canta
Recorriendo la escala de los sentidos,
No miente el alma ni el cuerpo miente.
No es culpa nuestra si la garganta
Enronquece y se calla de pronto
En crudas disonancias, en crujidos
Exasperantes de acorde errado.

Si en el silencio en que la canción desfallece
Otro tono se insinúa, recordado,
No tarda en extinguirse, enmudece:
Si fado es lo que canta, el violín se calla.

José Saramago.

No hay comentarios:

Publicar un comentario